miércoles, 18 de julio de 2012

Mundos submarinos

El día empezó con una mañana nublada, llena de grises en el cielo. Era curioso sentir como el tiempo atmosférico a veces se solidarizaba con aquella que lo miraba.
Toda la jornada se continuó con una serie de prisas y nervios, compañeros y gotas de agua salada. Parecía imposible saber que después de unas horas despierta ella se encontraría con un cielo despejado, con un sol espléndido, con un Mediterráneo agitado pero con calma interior.
Ella descubrió un mundo subterráneo que parecía imposible conocer, una vida inmensa en un lugar aparentemente muerto en su superficie. Colores y formas imposibles de adivinar, sensaciones completamente distintas a cuando se encontraba en tierra firme. Había encontrado su medio, su paz.
La extensión gigante en un granito de arena salada.


Glo.