domingo, 6 de mayo de 2012

Regreso


Miro por la ventana, Chamartín. Atardece, el cielo comienza a enegrecerse. No se vislumbran estrellas, solo un pedacito de luna blanca.
El tren se mueve, la gente se bambolea con el traqueteo. Cierro los ojos, me concentro en la canción que voy escuchando. Me traslado...
Alguien me toca el hombro. ¡Helena! Perdimos el contacto cuando empezamos la universidad. Pauso la música, me quito los auriculares. Hablamos, reímos, recordamos. Atocha...
Intercambiamos los teléfonos, nos abrazamos. En la caótica estación todo se ve diferente.
Una coincidencia, una casualidad, un viaje que te recuerda quién fuiste algún día.

martes, 1 de mayo de 2012

Desconocida realidad

Parece extraño como las luces son cada vez más tenues, difuminan su halo en nubes de incertidumbre. Sigo caminando, no disminuyo el paso. Ando rápido, sin pausa, alterada, hacia ninguna parte. El pánico me persigue y no sé que hacer para despistarlo. Pronto me doy cuenta, es mi propia sombra.
Un desconocido me descubre en una esquina, tengo los ojos irritados y una expresión confusa en el rostro. Me consuela. Me ofrece apoyo y una cercanía que nuca antes me había dado nadie.
Es curioso, me siento mejor. Comparto mis vivencias con alguien ajeno a ellas, me ofrece otro punto de vista. Más objetividad, menos supersticiones.
Juntos nos movemos por la calle, intercambiamos historias. Pasan las horas, la tarde entera.
Vuelvo sobre mis pasos. Llego a casa sola sabiendo que nunca volveré a verle. Sabiendo que siempre será un desconocido en mi historia. Sin nombre que recordar.

Glo.