sábado, 24 de diciembre de 2011

Irme

Bajo las sábanas todo parece teñido de neblina, pero cuando abro lo ojos descubro la despiadada claridad del día.
Desperezo todos los músculos de mi cuerpo que aún siguen dormitando. Estiro tendones, articulaciones...
No quiero salir al otro lado de la cama, la realidad comenzará a consumirme lentamente.
Me gustaría salir de puntillas y que ni siquiera el aire fuera capar de oír mis pasos. Huir lejos sin dejar ninguna estela olorosa que diera cuenta de mi rumbo.
Quiero volar y ver como los problemas se van haciendo cada vez más pequeños. Solo quiero volver a ser yo, sacar este monstruo de ira y frustración lejos de mi cuerpo.
Solo yo. Sin gritos, ni lágrimas.
Lejos, solo quiero estar lejos y no hacer más daño, no tener tanto veneno guardado en esta lengua bífida.
Solo quiero estar sola lejos de todo, al fin y al cabo hace tiempo que me siento así. Quizás algo mejoraría si pasara a estar en el plano físico.
Quiero irme, dejarme llevar. No preocuparme por las cadenas que me siguen atando a las preocupaciones.
Quiero volar y dejar de planear.


Glo.

martes, 13 de diciembre de 2011

Quiero desaparecer

Mis pasos se dirigen firmes hacia ninguna parte, parecen parte de un automatismo que mi cuerpo ha ido desarrollando durante años.

Cada paso me produce más ansiedad, intriga, nervios... MIEDO. Ese tipo de congoja que te sobrecoge desde que te levantas hasta que te acuestas, y que incluso te persigue en sueños. Miedo a la soledad, a que esta situación se mantenga indefinida a lo largo del tiempo y que nada cambie. A la permanencia de ésta efímera vida, a que nunca avance aunque no pare de andar. Siendo este un camino en el que ninguna luz arroja esperanza.

Miedo al rechazo, a no saber lo que siento, a pensar que comienzo a ser un monstruo que no quiere sentir más dolor, ira, furia o rabia. No, no quiero sentir, no quiero crecer si para ello tengo que luchar contra todos los elementos.

Sé lo que no quiero, pero ni siquiera soy capaz de reconocer lo que me gusta. No puedo anhelar aquello que parece haberse borrado por completo, ya no recuerdo nada.
Nada excepto el dolor.


Glo.