viernes, 3 de septiembre de 2010

Agua.

Oigo caer las gotas de agua sobre el frío metal de la bañera.
Cada golpe es como una puñalada, un poco menos de tiempo para enfrentarse a los sentimientos.
Cada cristalina forma indica que se acerca el momento, un segundo.
Un instante que decidirá los momentos futuros de un presente algo borroso.
Un modo de afrontar lo que sucedió, una solución a los conflictos.
Intentado solucionarlo, sabiendo que, nunca se podrán evaporar los recuerdos que creamos y compartimos junto a otros.
Cada minuto muero, sin tus labios, sin más abrazos después de una dolorosa despedida.
Podría quedarme dormida, todo se difuminaría entre el sueño y la realidad, pero prefiero torturarme un poco más antes de saber cuál será la decisión final.
Noto las saladas lágrimas recorrer mi cara, sin saber cuál es el motivo exacto de tanta tristeza, alegría o añoranza...
Simplemente llego a encontrar una respuesta a todas mis preguntas, lo único de lo que estoy total y completamente segura.
Una cosa que solo tú puedes disfrutar ahora, simplemente dos palabras que hacen que todo lo demás pierda su sentido.
Solo un sentimiento, un Te Quiero.
Hoy no se acabará todo, solo hará que podramos volver a empezar.
Quizás nos esperen momentos abrumadores, en completa oscuridad y neblina.
Quizás solo esta decisión pueda empujarnos a vivir nuestro momento.
La dureza y la suavidad se vuelven a encontrar después de cada etapa, pero aprenderé de la primera y disfrutaré contigo de la segunda.
Hoy no importa nada más, sólo quiero estar aquí para cuando lo necesites, igual que sé que tú estarás ahí cuando no pueda continuar sin un cuerpo que me levante.
Solo confía en ti, en tus circunstancias, en saber que puedes superar hasta las más dolorosas heridas del amar.
Sabiendo que, te renovarás cada mañana al despertar juntos sobre la misma almohada.



Glo.

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