Una tormentosa borrasca se acerca, presiento el frío helando mi piel.
Comienzan a caer cristalitos de agua, congelados, móviles por el viento.
Alguno de mis deseos parece caer con ellos en suave sintonía, sin ser oídos.
Susurran a los cabellos que no debieron despertar esta mañana.
Auguran un futuro próximo, aunque no tan claro como la cegadora blancura.
Paralizada por el paso del resbaladizo tiempo invernal.
Hielo agrietado bajo mis pasos, derretido por el calor de los transeúntes.
Sal y agua se convierten en una, evitando caídas inesperadas.
Nada, ni el frío, ni las inclemencias atmosféricas consiguen parar este ritmo frenético.
Solo se percibe una inmensa luz, una sensación de gelidez.
Un día teñido de algodón blanco.
Glo.
1 comentario:
Nieve....=)
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